miércoles, 27 de agosto de 2008

Desde el 18 al 22 de Agosto! Síntesis de clases!


Síntesis de clases

Como conocimiento previo a la cátedra, deberíamos tomar conciencia de un par de cosas fundamentales en el proceso de aprendizaje acerca de la Edad Media, lo cual nos facilitará una forma distinta y crítica de aprehender el conocimiento medieval.

Por ejemplo, el “entender” cierta postura, poniéndome frente a otro desde mi propio punto de vista, no es suficiente para un historiador, sino que este debe ir más allá y comenzar a preocuparse de “comprender” al otro, vale decir, de ponerse en el lugar de aquel y de envolverse en él y en sus ideas. Así, con simpatía y tolerancia podremos lograr comprenderlo, posibilitándonos esto el poder ver desde otro punto de vista ciertas cosas y no solo desde el nuestro. Nos referimos al sentido de epoké, que nos ayudará a nutrirnos de variadas significaciones que les dan las personas a la historia, para posteriormente, a partir de esto, poseer una riqueza crítica que como herramienta nos ayude a fundamentar mejores y posibles verdades históricas en relación al medioevo. Todo esto basándonos en el supuesto de que la realidad es compleja, y que requiere enorme esfuerzo el llegar a comprender la mayor parte que nos sea posible de ella.

Otro de los conceptos importantes durante las clases fue el de “consonancia”, el cual se refiere a reflexionar en el presente sobre el pasado. Con esto podemos relacionar cosas del presente con cosas del pasado medieval, entendiendo que el legado de este último se refleja en la actualidad y condiciona inconscientemente muchas realidades de hoy día. Y que a la vez, la manera de interpretar nuestro pasado dependerá de las necesidades, ideologías, cosmovisiones, etcétera, que posea el historiador a partir de su historia cultural. Pasado y presente están conectados, y a través de la memoria cultural histórica nos preparamos para mejorar y modificar nuestro propio presente interpretando de alguna manera nuestra memoria. ¿Podríamos desarrollarnos culturalmente si olvidamos la importancia del legado cultural, de la memoria histórica de la humanidad? Así, esta consonancia histórica que conecta y relaciona diferentes realidades temporales, nos ayudará a entender el por qué la “Edad Media” no fue una época oscura y decadente tal como lo plantearon los hombres modernos en los siglos XVI y XVII en occidente.

“La voz del presente hace vibrar al pasado, y la resonancia producida varía según múltiples factores.”

Las consecuencias del pasado forman generaciones, y estas se encargan de aprender de este pasado para caminar en el presente y avanzar construyendo. ¿Pero y si no tenemos voz? Si no interactuamos con nuestra memoria histórica no interpretaremos nada de ella y por lo tanto tampoco esta nos apoyará en el proceso de entendimiento del presente. No basta solo con observar al otro, al pasado, sino que hay que encontrarse con él, envolverse, enrollarse, enredarse en lo suyo. Hay que ser agente activo de su materia.

Ahora entenderemos más directamente el concepto de Edad Media. ¿Es una época? Rigurosamente no se podría hablar de una época medieval exacta, pues los cambios en la historia de la humanidad son lentos y continuos, y no hay nada que nos pueda indicar con exactitud y totalidad la frontera de un antes y un después. Por lo tanto, comenzaremos diciendo que la Edad Media corresponde a un territorio físico que abarca las áreas circundantes al Mediterráneo, o sea, de Europa, África y Asia. Y con esto ya es más de lo que nos tratan de decir los estudios comunes sobre esta materia: la Edad Media no es solo Europa. La realidad mundo era mucho más amplia. Y bastaría con aclarar que esta visión tradicional corresponde a una visión moderna occidentalista, que ha maldecido y marcado a estos siglos como decadentes, oscuros, bárbaros, etcétera. Hasta ha logrado darle un sinónimo erróneo como lo es el feudalismo, cuando este es mucho menos significativo de lo que creemos, pues la cantidad de población y de siglos envueltos en este en aquellos tiempos era bastante menor a la importancia que se le da en los estudios convencionales en la actualidad.

Hay que entender también a la Edad Media como un territorio textual, en cuanto a que es un conjunto de discursos literarios e historiográficos, de expresiones cinematográficas y musicales, que han creado una imagen artificial de la época como imposición ideológica de occidente, y que es a la que la mayoría de nosotros tiene acceso facilitado. Los estereotipos abundan en esto, y es común la no valoración de aspectos culturales de tales siglos como lo es el arte gótico, un supuesto arte bárbaro, expresión clara de la intolerancia y la no comprensión de aquel período cultural.

Finalmente desde su aspecto de territorio temporal vemos que carece de exactitud como mencioné anteriormente. Eso sí, podemos establecer un área de estudio que abarque los siglos que rodean el IV, hasta los siglos que rodean el XIV, pues en ambos espacios temporales ocurren coyunturas importantes con las que podemos enmarcar nuestra preocupación. Por ejemplo, la depresión económica y social sufrida en Roma en la antigüedad tardía no es menor, pues es muestra de que lo urbano comenzó a fallarle a la población a causa de que no podía sostenerse en sí mismo por múltiples factores, lo cual provocó la búsqueda de nuevos refugios y formas para la humanidad emigrante de la ciudad en aquellos años. Disminuyó considerablemente su población en pocos siglos y aparecieron expresiones sociales y culturales como la anarquía campesina y los monasterios autónomos. Así, hay que dejar en claro que esta decadencia no implicó necesariamente a lo cultural. No son elementos directamente proporcionales, y vemos cómo también hubo creación y desarrollo en otros aspectos.

Algo semejante ocurrió en la decadencia de finales del “período” medieval, pero obviamente con elementos únicos y determinantes como lo fue la peste negra.

Como conclusión a esta síntesis, diremos que debemos estudiar la Edad Media de una forma crítica, desligándonos de lo que fuertemente impuso alguna vez occidente, y que fue en algún momento debilitado por la aparición de la escuela historiográfica de los Annales en Europa. De esta forma, podremos relacionar nuestro pasado con nuestra actualidad, encontrar consonancia entre ambos, y utilizar el conocimiento histórico a nuestro alcance para darle una significación útil a la Edad Media para nuestra situación, para que podamos nutrirnos culturalmente de una época que mucho tiempo fue opacada en su naturaleza, y que no fue comprendida de manera amplia y merecida por occidente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Profesor;

Porqué se sigue recalcando en la definición de "edad media" que tenian los hombres del renacimientos y los protestantes del s XIX. Tiendo a pensar en que eso nos acuerda de la historia medieval escolar típica, como que volviese a dar fuerza a la definición antigua de Edad Media, a lo que voy es que ¿por Qué no se le da una nueva resignificacion a la misma frase "edad media"? dandole otra intencionalidad sin mencionar la anterior y ya. Porque es como si las dos definiciones entraran necesariamente en conflicto...

nose si me explico...??

Isidora Y.