sábado, 30 de agosto de 2008

Esquema 02

Aquí hay otro que les servirá después de leerse la síntesis de clases...


viernes, 29 de agosto de 2008

Esquema 01

Aquí están los esquemas que resumen el contenido del trabajo...




miércoles, 27 de agosto de 2008

Desde el 18 al 22 de Agosto! Introducción!

Este es el primer protocolo semanal hecho para el curso, así que esperamos que les sirva harto como reforzamiento de la materia, en este caso, introductoria al curso de historia medieval. Cualquier duda comentan en el tema, y ahí iremos revisandolo ( o en la U).


Introducción



El primer paso para referirse al tema del “ pasado”, teniendo en cuenta que este es un tiempo evocado desde el presente con respecto a lo que ocurrió “ayer”, es comprender, aquella realidad que fue presente en ese “ayer”, a través de ese proceso, que requiere de entender las circunstancias de esos actores, a partir de una empatía, de ponerse en el lugar de un hombre, que bajo un determinado contexto político, religioso, social y psicológico actuó bajo las mismas pulsiones que hoy nos mueven como humanos, como especie: Hay que recordar que las pulsiones conducen a conductas o patrones a veces comunes para todos, pero no se debe olvidar que también las circunstancias o coyunturas o crisis de la conformación de estas sociedades son el reflejo de lo que hoy somos, es decir, aquellos hechos, entendiéndolo como una masa heterogénea de realidades diversas han configurado a las sociedades que le siguieron, se nos ha dejado como herencia todo un conjunto elementos devaluados con el paso del tiempo por el avance de las ideologías de turno ( como el positivismo que redujo a la historia sólo a hechos comprobables, a la ciencia, y a un solo significado). Todo esto porque el pasado cambia de acuerdo a las visiones y múltiples realidades del presente que interfieren en la interpretación de lo ocurrido, a partir del relato construido por una generación en particular, como los hippies, quienes revalorizan el pasado lo que se interpreta como la posibilidad de realizar una consonancia con los distintos tiempos y que por ello pueden ser contemporáneos, en definitiva lograr identificar el ethos de una generación.

La edad media puede definirse como un territorio, que contiene un espacio y un tiempo, una creación del mundo moderno que la ha situado como una etapa oscura y un lapso entre el mundo clásico y el mundo que lo revalora, el cual dura mil años. La construcción de este mundo lóbrego se hace posible gracias a la historiografía a lo escrito luego de Giorgio Vasari en el s. XVII, quien decía que la edad media comenzaba con Constantino y que esta terminaba con la caída de su mundo. Desde este momento histórico es más acertado decir que la edad media se enmarca entre los siglos III- IV y el s. XIV y se puede afirmar no por un solo hecho, sino que por una multiplicidad de factores y elementos que se escapan de la explicación pedagógica, como por ejemplo la crisis económica y social de los inicios a la desencadenación de la peste que culmina en una crisis total, junto con la hambruna producto de la crisis económica y social en Europa que trasciende determinando estilos de vida que responden a esta crisis.

El texto, a su vez, se refiere al artista medieval como símbolo de toda una imagen de mundo que podría perdurar hasta nuestros días a través de ciertos elementos de continuidad o en su consonancia traída al presente, como veremos más adelante.

Desde el 18 al 22 de Agosto! Síntesis de clases!


Síntesis de clases

Como conocimiento previo a la cátedra, deberíamos tomar conciencia de un par de cosas fundamentales en el proceso de aprendizaje acerca de la Edad Media, lo cual nos facilitará una forma distinta y crítica de aprehender el conocimiento medieval.

Por ejemplo, el “entender” cierta postura, poniéndome frente a otro desde mi propio punto de vista, no es suficiente para un historiador, sino que este debe ir más allá y comenzar a preocuparse de “comprender” al otro, vale decir, de ponerse en el lugar de aquel y de envolverse en él y en sus ideas. Así, con simpatía y tolerancia podremos lograr comprenderlo, posibilitándonos esto el poder ver desde otro punto de vista ciertas cosas y no solo desde el nuestro. Nos referimos al sentido de epoké, que nos ayudará a nutrirnos de variadas significaciones que les dan las personas a la historia, para posteriormente, a partir de esto, poseer una riqueza crítica que como herramienta nos ayude a fundamentar mejores y posibles verdades históricas en relación al medioevo. Todo esto basándonos en el supuesto de que la realidad es compleja, y que requiere enorme esfuerzo el llegar a comprender la mayor parte que nos sea posible de ella.

Otro de los conceptos importantes durante las clases fue el de “consonancia”, el cual se refiere a reflexionar en el presente sobre el pasado. Con esto podemos relacionar cosas del presente con cosas del pasado medieval, entendiendo que el legado de este último se refleja en la actualidad y condiciona inconscientemente muchas realidades de hoy día. Y que a la vez, la manera de interpretar nuestro pasado dependerá de las necesidades, ideologías, cosmovisiones, etcétera, que posea el historiador a partir de su historia cultural. Pasado y presente están conectados, y a través de la memoria cultural histórica nos preparamos para mejorar y modificar nuestro propio presente interpretando de alguna manera nuestra memoria. ¿Podríamos desarrollarnos culturalmente si olvidamos la importancia del legado cultural, de la memoria histórica de la humanidad? Así, esta consonancia histórica que conecta y relaciona diferentes realidades temporales, nos ayudará a entender el por qué la “Edad Media” no fue una época oscura y decadente tal como lo plantearon los hombres modernos en los siglos XVI y XVII en occidente.

“La voz del presente hace vibrar al pasado, y la resonancia producida varía según múltiples factores.”

Las consecuencias del pasado forman generaciones, y estas se encargan de aprender de este pasado para caminar en el presente y avanzar construyendo. ¿Pero y si no tenemos voz? Si no interactuamos con nuestra memoria histórica no interpretaremos nada de ella y por lo tanto tampoco esta nos apoyará en el proceso de entendimiento del presente. No basta solo con observar al otro, al pasado, sino que hay que encontrarse con él, envolverse, enrollarse, enredarse en lo suyo. Hay que ser agente activo de su materia.

Ahora entenderemos más directamente el concepto de Edad Media. ¿Es una época? Rigurosamente no se podría hablar de una época medieval exacta, pues los cambios en la historia de la humanidad son lentos y continuos, y no hay nada que nos pueda indicar con exactitud y totalidad la frontera de un antes y un después. Por lo tanto, comenzaremos diciendo que la Edad Media corresponde a un territorio físico que abarca las áreas circundantes al Mediterráneo, o sea, de Europa, África y Asia. Y con esto ya es más de lo que nos tratan de decir los estudios comunes sobre esta materia: la Edad Media no es solo Europa. La realidad mundo era mucho más amplia. Y bastaría con aclarar que esta visión tradicional corresponde a una visión moderna occidentalista, que ha maldecido y marcado a estos siglos como decadentes, oscuros, bárbaros, etcétera. Hasta ha logrado darle un sinónimo erróneo como lo es el feudalismo, cuando este es mucho menos significativo de lo que creemos, pues la cantidad de población y de siglos envueltos en este en aquellos tiempos era bastante menor a la importancia que se le da en los estudios convencionales en la actualidad.

Hay que entender también a la Edad Media como un territorio textual, en cuanto a que es un conjunto de discursos literarios e historiográficos, de expresiones cinematográficas y musicales, que han creado una imagen artificial de la época como imposición ideológica de occidente, y que es a la que la mayoría de nosotros tiene acceso facilitado. Los estereotipos abundan en esto, y es común la no valoración de aspectos culturales de tales siglos como lo es el arte gótico, un supuesto arte bárbaro, expresión clara de la intolerancia y la no comprensión de aquel período cultural.

Finalmente desde su aspecto de territorio temporal vemos que carece de exactitud como mencioné anteriormente. Eso sí, podemos establecer un área de estudio que abarque los siglos que rodean el IV, hasta los siglos que rodean el XIV, pues en ambos espacios temporales ocurren coyunturas importantes con las que podemos enmarcar nuestra preocupación. Por ejemplo, la depresión económica y social sufrida en Roma en la antigüedad tardía no es menor, pues es muestra de que lo urbano comenzó a fallarle a la población a causa de que no podía sostenerse en sí mismo por múltiples factores, lo cual provocó la búsqueda de nuevos refugios y formas para la humanidad emigrante de la ciudad en aquellos años. Disminuyó considerablemente su población en pocos siglos y aparecieron expresiones sociales y culturales como la anarquía campesina y los monasterios autónomos. Así, hay que dejar en claro que esta decadencia no implicó necesariamente a lo cultural. No son elementos directamente proporcionales, y vemos cómo también hubo creación y desarrollo en otros aspectos.

Algo semejante ocurrió en la decadencia de finales del “período” medieval, pero obviamente con elementos únicos y determinantes como lo fue la peste negra.

Como conclusión a esta síntesis, diremos que debemos estudiar la Edad Media de una forma crítica, desligándonos de lo que fuertemente impuso alguna vez occidente, y que fue en algún momento debilitado por la aparición de la escuela historiográfica de los Annales en Europa. De esta forma, podremos relacionar nuestro pasado con nuestra actualidad, encontrar consonancia entre ambos, y utilizar el conocimiento histórico a nuestro alcance para darle una significación útil a la Edad Media para nuestra situación, para que podamos nutrirnos culturalmente de una época que mucho tiempo fue opacada en su naturaleza, y que no fue comprendida de manera amplia y merecida por occidente.

Desde el 18 al 22 de Agosto! Análisis del texto!


Análisis de texto

El texto se encuentra basado en la posibilidad de establecer consonancias posibles entre aspectos culturales propios de la edad media y algunos movimientos que tuvieron lugar durante la edad contemporánea.

En primer lugar se debe hacer mención a lo que el autor refiere como “la invención de la edad media”, esto es, la escritura, el relato ideológico que llevó a la denominación de la edad media como tal hacia el siglo XVII. Esto se debería principalmente porque el hombre renacentista, humanista, comenzó a observar que su tiempo era una reminiscencia, recuperación y revaloración del mundo antiguo, más bien dicho, clásico, ese mundo clásico que se ve interrumpido por las incursiones de incivilizados, bárbaros, que destruyen el sentido de lo clásico dejando en ruinas al imperio romano. Es por esta razón que el período comprendido entre el mundo romano clásico y la edad moderna fue visto como una edad oscura, un mundo contrario a la civilización y a la refinación cultural, en lo que respecta al arte, especialmente. Con esto se quiere decir que el arte de la edad media es un arte de bárbaros, un arte tosco o, simplemente, mal hecho. Es este un arte godo, ya que el idioma latín tomó la palabra y el concepto “godo” (goti) para designar el arte medieval, el arte gótico, como la principal expresión de lo contrario a lo clásico, de lo “externo” a la civilización.

Sin embargo, es posible apreciar más de alguna semejanza o, más aún, consonancia, entre movimientos y tendencias que surgieron dentro del mundo medieval que han cobrado una importancia mayúscula dentro de nuestro mundo occidental, estableciéndose los paralelos en cuatro dimensiones del artista, dentro de su ethos, su alma, su creación y su misión dentro de la sociedad. La primera de estas dimensiones es la que se refiere al artista como un demiurgo, es decir, como un creador- transmutador de la materia y de la esencia de los materiales. El demiurgo transforma a la materia desfavorecida por la belleza en una creación con vida y significados propios, lo que transpuesto al mundo cristiano se relaciona a la misma creación del mundo por demiurgos, creadores de luz y tinieblas. El arte actual o de vanguardia repite este proceso, siendo que el artista se presenta como un transformador de la realidad tomando los elementos de la naturaleza convirtiéndolos en un nuevo mundo gobernado por no-leyes convencionales.

En segundo lugar conseguimos ver al artista itinerante, como homo viator, un artista que no pertenece a ningún lugar, es de todas partes pero a la vez de ninguna, se podría decir. Esto se ve traducido, a la vez, en que el artista pertenece a una organización, es decir, en que no va solo, sino que pertenece a una comunidad en la que cada miembro desempeña una función. Estos artistas itinerantes que avanzaban en comunidades de artesanos, caracterizan el arte del camino, el que se distribuye o caracteriza las rutas de peregrinación principalmente, constituyendo este territorio vial su principal punto de encuentro y relación. En definitiva, su vida comunitaria y errante define su carácter de hombre libre, la utopía que la Bauhaus de los años 20 del siglo recién pasado consideró como su utopía.

En tercer lugar el artista puede ser un vidente, un chamán, un curador del alma de su tiempo, es decir, es un extático de su propia imagen. La noción medieval es que para volver a nacer se requiere una muerte, o al menos un tipo de muerte, un opus nigru. Es esta visión extática y curadora la que confiere al artista el don de convivir con la armonía universal, como lo hace Hildergard von Bingen que expone que la música del cosmos repetida dentro de la música del ser en su armonía reafirman que la realidad vive en la media del cosmos.

Finalmente es posible apreciar el contexto del artista, la fiesta, la celebración, el carnaval. Es esta dimensión la que define el carácter artístico de una época, o mejor dicho, de un territorio, ya que el Medioevo es el momento de la cultura popular, del folklore. Es en las fiestas donde el artista medieval se presenta cumpliendo las funciones que definen las anteriores definiciones. Es en las liturgias donde el teatro se presenta fervorosamente como un elemento más de fe y de creencia, de participación con la comunidad espiritual, donde la ceremonia religiosa es vista como elemento unificador con dios y el cosmos. La fiesta es la ruptura del tiempo y el artista es el protagonista en ella. Actualmente el teatro popular nos transporta hasta esa dimensión olvidada y subvalorada del artista, como el ejemplo del teatro Du Soleil, refiriéndonos la mitología de lo popular, de lo carnavalesco.

Es así, en definitiva, como las consonancias del ethos artístico se puede apreciar dentro del mundo en crisis, del mundo globalizado con síndrome catastrófico de pérdida de memoria que nos recuerda que la posibilidad de encontrar caminos, creaciones, curaciones y fiestas nos transportan dentro de la memoria cultural del carnaval humano.

Desde el 18 al 22 de Agosto! Preguntas relacionadas!


Preguntas


1. ¿Qué factores condicionaron la visión sobre el mundo medieval en el mundo moderno?


2. ¿Cuáles fueron las instancias que propiciaron el origen y el desarrollo de la sociedad medieval, en el sentido de la mentalidad de los campesinos que se encontraban en un éxodo urbano- rural? ¿Cuál era su disposición frente a la coyuntura?


3. ¿Posee el hombre medieval la noción de la continuidad del mundo clásico en los aspectos valorativos ajenos al cristianismo como modelo de aprehensión e historicidad?